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Según una nueva investigación realizada por la Universidad de Arizona, en Estados Unidos, la soledad puede, efectivamente, afectar la salud: aquellas personas con menos contacto con familiares, amigos y parejas tenían una salud más debilitada, según se concluyó en el artículo publicado en la revista Health Communication.
Los investigadores seleccionaron a un total de 256 adultos de entre 19 y 85 años, y analizaron su red social, la percepción que tenían sobre la soledad, su estado de salud y la conducta con respecto a su situación social.
De acuerdo a lo explicadopor Chris Segrin, académico de la mencionada universidad y uno de los autores del estudio, para medir la calidad de la salud de las personas se consideraron puntos tales como la ocurrencia de ciertas enfermedades específicas (resfrío, gripe, diabetes e hipertensión), y la sensación de bienestar general).
En líneas generales, los expertos pudieron comprobar cómo los que se sentían más solos eran también más propensos a enfermarse y a tener problemas de salud.
Pero aún más, se encontró que estas personas tenían hábitos, de manera general, menos saludables: "Observamos que estas personas visitan menos al médico cuando están enfermas, no siguen sus recomendaciones y su descanso nocturno es de menor calidad", detalló Segrin.
Según los científicos, uno de los responsables principales de esta relación es el estrés: a medida que aumenta la sensación de aislamiento y mala salud, también se incrementa el estrés de las personas.
"Si las personas no tienen a alguien que los motive a compartir y a comer, se puede caer en un descuido general", explicó Juan Carlos Molina, geriatra del Hospital Clínico de la U. de Chile, quien añadió que esto puede derivar en trastornos anímicos, nutricionales, riesgo de fracturas e incluso en problemas de regulación de la temperatura del cuerpo, entre otros.
No obstante, la soledad también alteraría la expresión de nuestros genes, si se observan los datos de un estudio de 2007, realizado por la Universidad de California. Esta investigación pudo encontrar un patrón distinto en la expresión de los genes de las células inmunes de aquellas personas que experimentaban soledad crónica.
Es decir, se pudo corroborar que las defensas también se debilitan a consecuencia de la soledad, y que estos individuos son más vulnerables ante el ataque de las enfermedades y tener un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, infecciones y cáncer.
Vía LaTercera.com
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