Photo Credit "Niccolò Caranti"
"¿Cuántos años crees que tiene ese hombre mayor?" me preguntó mi papá cuando estábamos pasando y la vez trabajando al entrar en una calle.
El hombre estaba de pie hablando con una señora que parecía ser su vecina, luego siguió su camino. Tendrá unos 85 pensé. Mi padre y yo fuimos directo a él y nos empezó a hablar de algún suceso pasado. El hombre le dijo a mi padre: "¡Qué tal jovencito!" (Y eso que tiene más de 50 años) y él "Bien, usted también está muy joven". Y luego de hablar algunas cosas le preguntó: "Oiga, dígale a mi hijo, cuántos años tiene…" el hombre me miró y respondió: "Ya voy a cumplir 111 años".
Mis cálculos habían fallado. Pero él hablaba como si tuviera cincuenta años menos, recordaba cosas de su vida con total claridad, lo contaba como si fuera ayer y sobre todo tenía un espíritu infantil que después de escucharlo hablar me había contagiado su estado de ánimo alegre. ¡Ya casi parecía un niño de 7 años!
Realmente no podía creer que viera a una persona de tanta edad pero a la vez tan joven de espíritu que mantenía su cuerpo saludable y fuerte. Cuando nos fuimos lo único que se me pasó por la mente al verlo caminar con normalidad fue: Morirás viejo y feliz y no porque deseara que pronto se vaya, sino porque era mi mayor deseo que tanto él como todas las personas que conozco incluyéndome a mí, vivamos como ese hombre. Sinceramente todos quisiéramos llegar a ser como ese hombre, llegar a viejo tan felices por todo lo que hemos logrado. Tal vez no tenga riquezas acumuladas, tal vez no haya triunfado en el amor pero era feliz con un gran espíritu joven. ¡Tanto que de conocerlo te alegras muchísimo!
Una de las preguntas que le hice fue: "¿Cómo ha hecho para mantenerse tan joven?" Y la respuesta es tan obvia que la sabemos todo el mundo pero muy pocos lo aplican a su vida: comer saludablemente (y por ahí me dio su receta), hacer ejercicio porque se notaba que era un hombre de campo, e hizo mucho hincapié en no tomar bebidas alcohólicas, ni cigarros, ni sustancias químicas.
"¿Cuántas mujeres ha tenido?", preguntó mi papá para agregarle un poco de humor a la conversación. "¡Uff, muchas!". ¡Vaya! ¿Cuánto más podía impresionarme este hombre?
Muchas veces no es necesario tener tanta edad para parecer viejo. Actuamos como si ya tuviéramos mucha edad, sin ganas de hacer muchas cosas para mejorar nuestra vida. Y cuando va pasando el tiempo uno se va poniendo triste por los años perdidos que pudo emplear en hacer algo bueno por su vida y la de los demás. Me sorprende ver a veces a personas que se quejan de caminar mucho y prefieren la comodidad de los vehículos motorizados, de verdad que cuando uno va teniendo la actitud de un hombre o mujer mayor su cuerpo va sufriendo esas modificaciones y realmente envejece más rápido.
Ten espíritu joven y morirás viejo y feliz. Ese espíritu joven se cultiva con el pasar de los años, con actitud positiva, con la mente libre de preocupaciones y sobre todo viviendo de verdad la vida con mucha alegría, teniendo nuevas experiencias que te enseñan a ser alguien con mucho conocimiento, pues ese mismo conocimiento hará posible que alegres el día a otras personas dándoles buenos consejos.
Tener espíritu joven hace que tengas mucha vitalidad todos los días. Si te has parado a pensarlo bien los días que disfrutas de felicidad contigo mismo y con las personas que viven a tu alrededor son pocos en comparación de los días de amargura, de celos, de envidia, de nostalgia, tristeza, cansancio. De verdad que resulta un poco impresionante descubrir que nuestras vidas no son tan perfectas como desearíamos que fueran. Pero esta cifra de felicidad se puede ir extendiendo si empiezas a tener un espíritu joven a partir de ahora.
Tener espíritu joven es un don que muy pocas personas logran alcanzar, antes tienen que haber enfrentado el miedo a la muerte. Y en realidad no es tanto enfrentarse al miedo a la muerte, sino más bien tener ganas de disfrutar cada momento de la vida, vivirlo hasta el cansancio y sobre todo aceptar que algún día moriremos y que tenemos que dar paso a la siguiente generación para que hagan de este mundo un lugar mejor.
¿A qué estás esperando para vivir de verdad? Muchos se aferran a la idea imaginaria de que llegará la suerte, la fortuna, la buena vida… Cuando estás todo el día sentado viendo televisión basura, tonterías que no te enseñan nada bueno… Eso te empeora el día.
Para que vivas feliz cada día lo primero que necesitas es querer ser feliz y esforzarte por lograrlo. Si uno no quiere sudar por llegar a tener metas, por ver cumplido sus más grandes sueños, entonces lo tienes bien claro, se acabó tu vitalidad, se acabó tu espíritu luchador joven y tu vida. Es entonces cuando viene la caída y para colmo muchos se preguntan por qué están tristes.
De verdad que para mí no existe mayor gloria en la vida de un ser humano cuando puede decir: "He vivido todo al máximo, he gozado mucho, he ayudado a mejorar la vida de muchas personas, he llorado mucho, he reído bastante, me he cuidado lo mejor que he sabido y podido, pero sobre todo he dejado una huella tan grande en este mundo que las personas me van a recordar como alguien que valió la pena conocer, alguien a quien la gente le gustaría tener más tiempo vivo a su lado. Ahora sí puedo decir que puedo morir viejo y feliz." Y al momento siguiente cerrar los ojos y morir pacíficamente.
Sinceramente ahí la muerte se convierte en un acto hermoso, un acto muy poético y sobre todo digno de vivir porque no solo mueres, también vives una nueva experiencia: la muerte.
¿Y tú como haces para sentirte siempre con espíritu joven?
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