Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
Los ojos también merecen nuestro cuidado, siempre y en cada una de las etapas de la vida. Tomar los recaudos necesarios, tanto por dentro como por fuera, seguro aportará sus beneficios en la edad madura.
Recordemos que una dieta nutritiva, rica en vitamina A (una de las mayores aliadas de nuestros ojos y visión), vitamina E y antioxidantes, el evitar hábitos no saludables como fumar o incorporar otros sí beneficiosos como son el ejercicio, no abusar de los monitores de los ordenadores o usar gafas con protección para los rayos solares, pueden hacer mucho por nuestra salud ocular.
De cualquier modo, no hay que olvidar que es frecuente que al pasar los 40 años aparezcan ciertos trastornos visuales relacionados, precisamente, con la edad. Repasemos en este post algunos de ellos.
*Vista cansada y presbicia: si bien la fatiga visual puede experimentarse a cualquier edad, y más aún, con los monitores y pantallas que son parte de nuestra vida diaria, después de los 40 esto se exacerba ya que aparece la presbicia.
La presbicia surge por un endurecimiento del cristalino que pierde su flexibilidad, lo que a su vez provoca que el ojo también pierda su capacidad de enfocar a distintas distancias. El resultado es una visión más borrosa y de menor calidad. Para solucionar este problema se puede recurrir a gafas recetadas, o lentes de contacto. También existe la posibilidad de sustituir el cristalino natural por uno artificial a través de una intervención quirúrgica.
Lo cierto es que quién padece de presbicia, y no hace la consulta correspondiente para buscar una solución, puede terminar sufriendo de mareos, dolor de cabeza, irritacioó en los ojos e incluso dolor muscular.
*Glaucoma: es un trastorno provocado por una acumulación de líquido en el globo ocular que causa un aumento de la presión intraocular. Uno de los problemas es que al no causar molestia, dolor ni cambio en la visión, muchas veces no se diagnostica a tiempo. El glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo, de aquí que su detección a tiempo sea esencial.
Según se calcula, en España cerca de un millón de personas podrían sufrir glaucoma, aunque la gran mayoría lo desconocen. Una vez que se detecta, se trata con distintos tipos de colirios que favorecen la disminución del líquido o bien su salida hacia el exterior.
En caso de que este primer tratamiento no dé los resultados esperados, se puede recurrir a una cirugía con láser o tradicional, siempre con anestesia local, y de forma ambulatoria.
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