Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
Correr y saltar durante la niñez es más que un juego de niños; proporciona ventajas duraderas para la salud ósea y parece reducir el riesgo de fracturas en las etapas posteriores de la vida, según una investigación.
El estudio ha sido efectuado por especialistas de la IUPUI (Indiana University - Purdue University Indianapolis), teniendo como científico principal a Stuart J. Warden, profesor y director de investigación en terapia física en la IUPUI.
Los investigadores ejercitaron los antebrazos derechos de ratas hembras de 5 semanas de edad varios minutos, tres veces a la semana, durante siete semanas. Los antebrazos izquierdos no fueron ejercitados. La estructura y cantidad de hueso de los antebrazos derecho e izquierdo fueron determinadas antes y después del ejercicio. Los investigadores no sometieron a ejercicios a las ratas durante las siguientes 92 semanas, virtualmente su esperanza total de vida. En ese punto, los huesos del antebrazo fueron analizados otra vez en cantidad y estructura, así como en fuerza.
"Sabíamos que el ejercicio aumenta el tamaño y la fuerza del hueso, y que el esqueleto responde mejor al ejercicio durante los años cruciales del crecimiento, alrededor de la pubertad, que es cuando se alcanza el tamaño y la fuerza de un adulto", explica Warden. "Además sabíamos que los huesos no responden tan bien al ejercicio cuando se es más viejo".
Lo que ignoraban era si los beneficios para el esqueleto del ejercicio hecho durante la juventud perduran durante el resto de la vida. En otras palabras, ¿se puede utilizar la actividad física mientras se es joven para disminuir el riesgo de osteoporosis, o de fracturas de hueso, en la madurez e incluso en la vejez?
El estudio determinó que la respuesta a esa pregunta es: "Sí".
Los investigadores constataron que las ratas conservaban los beneficios óseos del ejercicio que efectuaron en su juventud, aún cuando no hubieran hecho más ejercicio durante el resto de sus vidas. Esta ejercitación dio lugar a un incremento de por vida en el tamaño del hueso en el antebrazo derecho de las ratas, mientras que el hueso del antebrazo izquierdo nunca aumentó de tamaño.
El estudio demuestra la importancia del ejercicio en la niñez. Períodos cortos de ejercicio varias veces a la semana es todo lo que se necesita para estimular el desarrollo de los huesos en los niños.
El mensaje para los adultos de más edad, sin embargo, sigue siendo el mismo. Aún cuando la mejor época para obtener beneficios de por vida contra enfermedades óseas, resulta ser cuando el individuo es joven, la actividad física en la gente mayor es esencial para mantener la masa y el balance óseos, así como para conservar una buena capacidad aeróbica, ya que todo ello ayuda a reducir el riesgo de fracturas asociadas al envejecimiento.
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